El medio ambiente de un ser vivo es su entorno, es decir, todo aquello que le rodea y que influye sobre él. Consta de factores bióticos y factores abióticos. Los factores bióticos son los otros seres vivos con los que comparte el medio, tanto de la misma especie como de otras especies. Los factores abióticos son el resto de los factores que influyen sobre un ser vivo: la temperatura, la humedad, el relieve del terreno.
En la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo en 1972, se definió el medio ambiente de la siguiente forma:
El medio ambiente es el conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de causar efectos directos o indirectos, en un plazo corto o largo, sobre los seres vivos y las actividades humanas.
Para el ser humano el medio ambiente es, además, una fuente de recursos naturales, como agua y oxígeno, un lugar donde se realizan actividades productivas, como cultivos y explotaciones ganaderas, y un receptor de residuos, ya que muchos contaminantes se depositan en la atmósfera y en la hidrosfera.
La transformación del entorno por el hombre no es reciente, se suele decir que ésta comenzó hace ya 50.000 años desde el mismo momento en que el ser humano logró un control efectivo sobre el fuego.
En su ambiente natural los homínidos, austrolopitecos y otros, sobrevivieron gracias a la recolección de raíces, frutos y carroña. Posteriormente, el fuego y las herramientas de piedra los convertirían en depredadores. Hacia el neolítico, la evolución cultural los conduce hacia el pastoreo, la ganadería y la agricultura. En resumen, la posición de los antiguos homínidos en el ecosistema fue la de consumidores, condición que también nos corresponde en la actualidad.
El avance tecnológico y social en la historia del ser humano ha resultado imparable, la velocidad del mismo, a su vez es cada vez mayor. Los cambios que este último siglo ha supuesto son extraordinariamente drásticos.
Las nuevas tecnologías han conducido a una explosión demográfica sin precedentes en la historia de nuestra especie. En 1830, la población mundial llegó a los 1.000 millones de habitantes. Desde entonces los posteriores miles de millones se han sucedido a un ritmo cada vez más veloz: 2.000 millones en 1930, 3.000 millones en 1960, 4.000 en 1975, 5.000 en 1987, y se estima que en la actualidad somos ya 6.000 millones de habitantes.
El aumento de la pobreza ha sido también patente, se estima que en el periodo 1985-90, el 93% del crecimiento de la población se ha producido en los países pobres y esta tendencia se acentuará en el futuro según las previsiones de la ONU.
El crecimiento de las ciudades es otra de las características del presente siglo. Se calcula que el ritmo de crecimiento de la población de las ciudades en todo el mundo, es actualmente de un 2,5% anual, muy por encima del crecimiento global de la población estimado por la ONU en un 1,7%. A este ritmo, el número de ciudadanos se duplicará en los próximos 25 años. Y lo que es más importante: el 90% de este crecimiento urbano tiene lugar en los países pobres, donde las poblaciones urbanas aumentan a un ritmo del 3,5% anual.
Los efectos de todo ello sobre el medio ambiente son patentes. El consumo de energía por parte de éstas es mucho más alto que en el medio rural, el requerimiento de transportes, recursos (alimentos por ejemplo) y la generación de residuos son otros de los problemas en los que están implicadas las grandes aglomeraciones urbanas.
FUENTE:
Investigación de internet
EQUIPO 1
*NANCY PAOLA
*LUIS OSBALDO
*BELEN GUADALUPE
*ALEXIS URIEL
*ESTEFANIA
*JESSICA AMAIRANY